En esta nueva etapa como asesor todo volvía a ser motivador, divertido y a fluir de nuevo. Mes a mes, la relación con mis nuevos clientes fue fortaleciéndose y, poco a poco, fueron apareciendo nuevos proyectos.
Al cabo de un año, por suerte, la salud de mi familiar mejoró y decidí por fin, iniciar mi gran viaje, mientras seguía ofreciendo asesoramiento de forma remota en una época en la que no era nada común.
Finalmente me fui a Brasil, dejando en Barcelona a una persona muy especial que había conocido durante ese periodo. La idea era iniciar una gran ruta por todo el mundo mientras trabajaba a distancia aprovechando las nuevas tecnologías.