A pesar de que muchos empresarios solo querían trabajar la comunicación y la publicidad de sus marcas, la experiencia nos había demostrado que si la estrategia de marca no estaba bien definida, se generaban incoherencias que afectaban tanto a la evolución del proyecto, como a la materialización de resultados.
Por eso motivo, nos centrábamos en el diseño de una buena estrategia de marca y su correcta implementación. Posteriormente, les ayudábamos a crear todos los soportes y a realizar los cambios necesarios para implementarla adecuadamente.
A pesar de creer en el proceso y saber que era la mejor opción, yo revivía a menudo la misma sensación de insatisfacción del pasado, hasta que descubrí que se activaba cuando ayudábamos a empresarios/as que no hacían su trabajo desde el corazón, sino que solo les movía el dinero. Esas situaciones me conectaban con mi vida anterior, la de un empresario con buenos ingresos y poca motivación por su trabajo, sin ningún propósito claro y que su única inquietud es ganar más dinero.